En el Apdes trabajamos la competencia emocional en la primera infancia con ideas y herramientas de la disciplina positiva, es por eso que el equipo directivo y varias maestras del Jardín Platero se han certificado en esta metodología.

La disciplina positiva se basa en el respeto mutuo, no utiliza el castigo para obtener el control, enseña, educa, prepara, entrena, modera, construye habilidades y se centra en soluciones.

Enfatiza sobre el equilibrio entre firmeza, cariño y respeto tanto para los adultos como para los niños.

La disciplina positiva nos invita a abordar la conducta con una mirada amplia viendo que moviliza a nuestros hijos.

Nuestros hijos notan la diferencia cuando actuamos más y decimos menos. Ser consecuentes reduce las frustraciones y los conflictos de los niños y al ser consecuentes les enseñamos habilidades para la vida.

Los niños pueden desarrollar habilidades para la vida cuando participan activamente en la búsqueda de soluciones.

Los niños necesitan un ambiente donde sentirse seguros, queridos y capaces.

Aquello que ayuda a los niños a sentirse mejor también ayuda a los adultos a sentirse mejor.

Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para empezar a emplear la disciplina positiva por eso